Webbu

Christy estaba en su apartamento, disfrutando de una tranquila tarde de domingo, cuando su teléfono sonó. Al revisar el mensaje, se dio cuenta de que era un texto extraño y críptico: "El paquete está listo. Entrega a las 3 PM en el parque central." No conocía al remitente ni esperaba ningún paquete. Claramente, este mensaje no era para ella.

Intrigada, decidió investigar más. Primero, revisó el número del remitente, pero no lo reconoció. Luego, pensó en ignorarlo, pero la curiosidad pudo más. ¿Quién podría ser el destinatario real? Y, ¿qué contenía ese misterioso paquete?

Al día siguiente, Christy fue al parque central a las 3 PM. Se sentó en un banco cercano y observó a la gente pasar. Después de unos minutos, vio a un hombre con una chaqueta negra mirando nerviosamente su reloj. Parecía estar esperando algo o alguien.

Decidida, Christy se acercó al hombre y le preguntó si estaba esperando un paquete. El hombre, sorprendido, asintió lentamente. Ella le mostró el mensaje en su teléfono y él palideció. "No deberías estar aquí," murmuró. "Esto es peligroso."

Antes de que pudiera responder, otro hombre apareció y tomó al de la chaqueta por el brazo. "Es hora," dijo, llevándoselo rápidamente. Christy quedó sola, con más preguntas que respuestas.

Regresó a casa, aún intrigada por el misterio. Aunque nunca descubrió qué había en el paquete, la experiencia le enseñó que algunas veces, es mejor dejar ciertos enigmas sin resolver.

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